Este soy yo el año pasado, intentando convencer al mundo que el trabajo remoto era posible:
Hace tan sólo ocho meses, luego de siete años acumulando logros en Workana, todavía debíamos remar a contracorriente de la tradición laboral. Hace tres meses yo todavía presentaba la plataforma como “El futuro del trabajo: digital, remoto y freelance”, y de un día para otro las reglas cambiaron radicalmente y pasamos de un escenario previo donde todavía era opcional, a tener que trabajar desde casa, quisiéramos o no.
Nos hemos tenido que adaptar a lo digital en todo para sobrevivir y punto. Hasta mi padre, que le tenía terror a meter la tarjeta de crédito online, se descargó la App de Mercado Libre… Por cierto ¿notaron que la empresa cambió el logo de las manos estrechándose por los codos chocando? Buenísimo.
¿Cómo ha afectado la pandemia a las diferentes industrias?
Comencemos por lo malo: el golpe para los rubros de turismo, advertising, retail y movilidad ha sido brutal y ha causado algunas anti tendencias interesantes, como el repunte del transporte particular (esperemos que al menos incluya conciencia ecológica con énfasis en bicicletas y autos híbridos). Por otro lado, rubros como la tecnología para videoconferencias, el delivery, la salud, la telemedicina y el entretenimiento andan por los cielos.
Hasta el momento, el balance general de la pandemia ha sido positivo para Workana. Entendemos que es resultado de una crisis que no nos da gusto precisamente, pero los números no mienten.
Apenas comenzó a complicarse la situación en España -país que funcionó para gran parte del globo como país testigo- empezamos a mirar un alza de personas registrándose para ser freelancers, que en cosa de un mes pasó de un promedio de 20,000 a 30,000 por semana. Un impresionante 50% más. La cantidad de freelancers logueándose en la plataforma también pasó de 50,000 a 65,000, aproximadamente.
Si bien por una parte esto puede ser un indicador de que algunas personas están perdiendo sus empleos fijos y tratando de encontrar una nueva fuente de ingresos online, también podemos pensar que parte de ese aumento se debe a gente que tiene más tiempo libre en casa y está buscando explorar el modo de vida freelance.
Del lado de los clientes es interesante ver cómo la cuarentena fue afectando de una manera y luego de otra. Cuando comenzó la incertidumbre se tomaron masivamente decisiones de “congelar todo”, por lo que la cantidad de clientes disminuyó en la primera etapa. Pero para la semana 10 de la cuarentena, las empresas comenzaron a entender que había que adaptarse a una nueva normalidad (trabajar desde casa, digitalizarse, vender online, etc) y esos cambios empezaron a contrarrestar la tendencia.
Para la semana 15, el número de clientes ya era ligeramente superior a cuando comenzó la pandemia, pues incrementó la demanda de profesionales especializados en transformación digital.
La nueva Low Touch Economy: Economía de Bajo contacto
¿Qué sigue? ¿De qué vamos a hablar los próximos meses? Pese al optimismo con las vacunas, se estima que no será hasta inicios del año que viene que podremos regresar a un estadío similar al pre covid-19. Pero el mundo no puede detenerse más, así que regresamos al ruedo bajo las reglas de la nueva “low touch economy”.
Esto significa, a grandes rasgos, que el distanciamiento social, las restricciones de movilidad y el cuidado de la salud van a ser prioritarias en todos los aspectos del trabajo, el estilo de vida y la convivencia social.
¿Cuales son las nuevas tendencias “Low Touch” en el mundo del trabajo?
Las empresas más modernas, como Google, Facebook y Twitter, por mencionar algunas, fueron de las primeras en mandar a sus trabajadores a casa y no tienen ninguna prisa por hacerlos volver a la oficina. De hecho, muchas ya están adoptando un modelo remoto permanente. En Workana cerramos la oficina desde antes de que se hiciera oficial la cuarentena, en parte porque ya estábamos bien acostumbrados al teletrabajo, en parte por un tema de responsabilidad social.
¿Y qué hay de las empresas que lo hicieron a regañadientes porque era la única alternativa? Pues que están dándose cuenta de que no necesitaban tanto las oficinas como pensaban, e incluso están ahorrando recursos.
WFH (Work From Home) se vuelve PRO
Puede ser incómodo trabajar desde casa cuando no tenemos las herramientas y apoyos adecuados. La tendencia ahora es adaptar lo más posible el espacio de trabajo a nuestras necesidades en términos de productividad y ergonomía. Para muchos, como es mi caso, basta un monitor grande, una silla cómoda y un teclado óptimo, pero algunos tendrán que dar un paso más allá.
Por ejemplo, pienso en actores de doblaje de Netflix montando pequeñas cabinas insonorizadas en el clóset, o en trabajadores de la industria textil recibiendo las materias primas por mensajería y trabajando la maquila desde casa. Cabe esperar que las empresas se acostumbren a proveer las herramientas de trabajo remoto que necesitan sus empleados.
Se rompe la barrera entre nuestro “yo” del trabajo y nuestro “yo” del hogar
El librero que aparece detrás de mí en todas las videollamadas de trabajo deja claro que, además de CEO de Workana, soy un nerd, un fanático de Star Wars, el animé y El señor de los anillos. Tampoco es raro que quede manifiesta mi faceta de padre de familia.Trabajar desde casa a veces implica que se rompa la barrera de lo privado, en ese buen sentido capaz de generar más empatía. Y hasta cuando la pérdida de la privacidad va más allá de lo que quisiéramos, esos momentos chuscos se vuelven graciosos y ayudan a aliviar un poco la tensión que estamos viviendo.
Super digitalización del trabajo
Antes hablábamos de trabajo remoto y pensábamos en diseñadores y programadores. Hoy en día, instructores de gimnasio, psicólogos, médicos, coaches, contadores, abogados e incluso niñeros se descargan Zoom e Instagram live para poder seguir dando consultas y asesorías por internet. Y todo indica que, aún cuando pase el riesgo de la pandemia, muchos profesionistas y prestadores de servicios seguirán en esta misma línea por un tema de practicidad y costos.
Mayor ansiedad y depresión por soledad
Si el trabajo remoto ya traía el estigma de provocar aislamiento y depresión cuando era voluntario, hoy en un contexto de pandemia mundial estos sentimientos pueden, objetivamente, llegar a salirse de control. En Workana nos hemos dado cuenta de que estar lejos no tiene por qué significar estar desvinculados, y por eso hacemos de todo -incluyendo fiestas virtuales los viernes en la tarde- para seguir promoviendo el espíritu de sana socialización.
Y bueno, sobra recalcar la importancia de no dejar dejar de lado la actividad física, el autocuidado y la comunicación constante, aunque sea por videollamada, con nuestros familiares y amigos.
Reskilling masivo
Estamos experimentando niveles históricos de desempleo, especialmente en países como USA donde las políticas laborales son más flexibles y las compañías pueden contratar y dejar ir personal con gran facilidad. El panorama actual es mucho peor que el de la gran recesión, con casi seis millones de desempleados en un periodo de menos de tres meses.
Algunos recuperarán sus mismos empleos, pero para otros, esos empleos van a desaparecer del mapa. Todas estas personas van a tener que hacer un reskiling de emergencia para adaptarse a las nuevas demandas del mercado, y desde Workana ya estamos trabajando con instituciones como el Banco Interamericano de Desarrollo para encontrar estrategias que nos permitan ayudar a muchos de estos trabajadores a encontrar un nuevo lugar en la industria y seguir desarrollando sus carreras.
¿Cómo se están transformando los negocios?
Mientras algunas compañías están completamente paralizadas, otras empresas apuestan por equipos ágiles capaces de adaptarse a un entorno incierto. El trabajo AGILE implica conocer las habilidades de nuestro equipo, poner objetivos cortos y ambiciosos, medir, implementar, aprender, crecer. Nos mantiene en movimiento.
Claro que para que eso sea posible es vital brindar todas las herramientas tecnológicas necesarias (como software de trabajo colaborativo y plataformas de contratación freelance), tener la capacidad de acceder de forma rápida y eficiente a ciertas habilidades o especialistas cuando no los puedes contratar de tiempo completo para proyectos específicos… En fin, crear una fuerza de trabajo sin fronteras, flexible y dinámica.
Por otro lado, muchas empresas tratan de adaptarse abriendo canales en línea de acceso directo para el consumidor, combinando modelos que típicamente eran B2B con estrategias B2C. También comenzaremos a ver por todos lados fábricas y restaurantes rediseñados, promoción de eventos online, desarrollo de más robots e inteligencia artificial, servicios y no sólo productos que pueden ofrecerse a distancia, certificaciones de “libre coronavirus” en espacios, alimentos y productos, más transporte particular, pagos y entregas sin contacto, y una lista bastante larga de cambios.
¿Tu empresa o emprendimiento ya está lista para afrontarlos y mantenerse competitiva?
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