Para ser un gran freelancer no basta únicamente con el talento y la creatividad. Hay otros aspectos que son fundamentales, y que tienen relación con la organización, la comunicación, el esfuerzo y la predisposición.

A la hora de embarcarse en un proyecto, el profesional tiene que tener en cuenta que el principal objetivo de su trabajo es lograr el mejor resultado posible para el cliente. Para eso es contratado. Entonces, no se trata únicamente de poder realizar una compleja página web, de redactar textos minuciosos o de tener una excelente voz para locuciones. Para ser un gran profesional, hay aspectos que hay que cuidar en cualquier área y en cualquier trabajo.

Para poder brindarle al cliente los mejores resultados, es fundamental brindarle una buena experiencia, y esta se logra con talento, pero también con organización, seriedad, predisposición, comunicación y algo más. Un proyecto comienza antes de ser contratado, y estos tips hacen referencia a ciertos aspectos que hay que tener en cuenta antes y durante la realización del mismo.

1- Pregunta antes, no después

Antes de ser contratado, es necesario que evacúes todas las dudas pertinentes al trabajo que tendrás que desarrollar. Muchas veces, pensarás que esto es una pérdida de tiempo, pero si no lo haces puede provocar inconvenientes en el desarrollo de un proyecto.

Siempre es preferible tomarse un tiempo para pensar cuáles pueden ser los inconvenientes que podrás afrontar durante el proyecto, y evacuar tus dudas antes de tiempo. Además, hacer esto te permitirá poder presupuestar de forma más exacta, ya que si no sabes con exactitud qué, cuándo y cómo debes llevar a cabo tu trabajo, no podrás brindarle al cliente la seguridad de cómo lograrás lo que él quiere lograr. 

2- Informa a tu cliente sobre cómo trabajas

Cuanta más información le brindes a tu cliente sobre tu modo de trabajo, más posibilidades de éxito tendrás si este finalmente acepta tu propuesta. La cuestión no es aburrir a tu cliente con detalles innecesarios sobre cómo trabajas, pero sí informarle sobre cuáles son tus tiempos, tu disponibilidad horaria, con qué frecuencia puedes responder a sus solicitudes, etc.

Esto ayudará a tu cliente a elegirte, y al saber cómo trabajas, disminuirá la posibilidad de imprevistos durante el proyecto, lo que sin duda resultará en grandes beneficios para ti y para tu cliente. 

3- Tú eres el experto

Cuando un cliente requiere a un profesional, en la mayoría de los ocasiones lo contrata porque él no sabe cómo resolver un trabajo en particular. Tú eres el experto y eres el que sabe sobre el tema. En este sentido, es fundamental que no des nada por sentado, ya que el cliente no tiene por qué saber lo que tú sabes. Tienes que tomarte tu tiempo en explicarle las cosas, y en responder sus dudas, aún cuando te parezcan que tengan respuestas obvias. La predisposición es un aspecto fundamental para que un proyecto llegue a buen término y para que un cliente esté satisfecho. No tienes que enseñarle absolutamente todo, pero tiene que entenderte, y esa es en gran medida responsabilidad de un buen profesional. 

4- Anticípate en la comunicación 

Mantener una comunicación fluida con el cliente es muy importante, y la mayoría de los inconvenientes en un proyecto surgen por este punto. Muchos clientes suelen valorar a los profesionales que no esperan un pedido para mostrar adelantos. La proactividad en este sentido es una gran ventaja.

Muestra siempre que no estás a la espera de la comunicación del cliente para demostrarle que estás trabajando en sus requerimientos. Intenta adelantarte a sus pedidos y muéstrate siempre dispuesto a responder sus consultas y resolver los inconvenientes que puedan ir surgiendo. Mantenlo al tanto del curso de tu trabajo, y no escatimes en preguntas, respuestas ni comunicación de ningún tipo. Para que la comunicación sea fluida, es imprescindible que sea organizada. Intenta entender al cliente y facilitarle la comunicación. 

5- Brinda un poco más 

Brindar más de lo que el cliente solicita siempre es bienvenido. Esto no significa que trabajes gratis ni mucho menos, pero siempre puedes sorprenderlo con requerimientos que él no te ha solicitado y que estás seguro que son beneficiosos para su proyecto. Sin duda, este tipo de actitud será valorada por la mayoría de los clientes, y será de gran ayuda a la hora de alcanzar los mejores resultados.

Pero si además tu objetivo es crecer como freelancer y lograr relaciones de largo plazo con tus clientes, esta característica sin duda será significativa para los clientes a la hora de recontratarte en un futuro. 

En definitiva, un proyecto comienza antes de que seas contratado. Un pequeño esfuerzo y una buena organización antes de ser contratado no solo podrán ayudarte a ser seleccionado en más proyectos, sino que también son fundamentales para que un trabajo llegue a los mejores resultados. La mejor forma de caminar bien es comenzar con el pie correcto, y recuerda que para ser un buen profesional no alcanza únicamente con tener talento. También se necesita tener en claro los objetivos del cliente y saber cómo cumplirlos de forma exitosa.

Autor: Lucas Moore, Soporte y moderación en Workana. Licenciado en Comunicación Social, amante de la música, los libros y el humor.