La mayor parte de la información sensorial que procesa el cerebro viene del sentido de la vista y, de todos los estímulos visuales, el color es el más fácil de identificar y discriminar. Esto se debe a que es una fuente de información primaria sobre nuestro entorno, por eso tener una buena paleta de colores para tu marca es fundamental, ya que es lo primero que verá la gente. 

Cada color con el que tus clientes o tu audiencia comiencen a vincular a tu negocio, comunica uno o más aspectos clave de tu identidad de marca, de lo que pueden esperar de ti como empresa, de tus valores y del tipo de experiencia que ofreces. Está comprobado que los colores tienen la capacidad de detonar respuestas emocionales muy complejas, y de “andamiar” un mensaje escrito con las evocaciones y actitudes adecuadas. 

De acuerdo con estudios del Instituto para la Investigación del Color, hasta el 90% de la primera impresión subconsciente que nos hacemos acerca de personas, productos y situaciones está basada en el color. Más específicamente hablando, en la forma en que se combinan los colores con el contexto. Otro estudio titulado “El impacto del color en el marketing”, encontró que el 90% de los participantes hacían juicios sobre los productos basándose enteramente en el color. 

Por encima de todo lo demás, el color de tu marca o producto puede influir drásticamente en las decisiones de compra de tu público objetivo. Cuando dos productos o servicios son muy similares, sencillamente nos decantamos por aquel cuya paleta de colores resuena mejor con nuestra identidad preferida o con nuestro estado de ánimo. 

Si estás en proceso de construir o renovar tu logo o toda tu identidad visual, en Workana podrás encontrar expertos en diseño gráfico corporativo listos para apoyarte. Pero antes echa un vistazo a todo lo que queremos compartir contigo sobre la importancia de la paleta de colores, su relación con el círculo cromático y ¡claro! cómo elegir la paleta de colores correcta. Con esta información te será mucho más sencillo comunicarte con tu diseñador y elegir la mejor entre sus distintas propuestas. 

¿Qué es la paleta de colores de una marca?

Básicamente son los colores institucionales que se usan para el logo y toda la identidad visual de una organización. El color es una de las herramientas más útiles para dejar, justamente, una “marca” o recuerdo en el espectador. Algunos ejemplos icónicos son los logos de Coca Cola, Amazon y Facebook, por mencionar solo algunos.

Al pensar en estas compañías, inmediatamente nos vienen a la mente ciertos tonos de rojo, amarillo y azul que contrastan con blancos o negros, o resaltan sobre grises y otros tonos más neutros.

¿Y qué pasa si pensamos en Google? Entonces nos vienen a la mente colores primarios y brillantes que resaltan sobre el blanco, y que nos hacen evocar emociones amigables, juguetonas y curiosas, exactamente lo que busca esta empresa de tecnología. 

En Workana tenemos una paleta de colores cuidadosamente seleccionada, dominada por un azul que proyecta seriedad, pero también confianza y tranquilidad. El resto de nuestros colores son neutros: el blanco y el gris. Y nuestro logo es un círculo cromático difuminado que comunica diversidad, dinamismo y creatividad. 

Ahora, imagina lo que pasaría si Harley Davidson de pronto cambiará a una paleta de colores pastel en gamas cálidas, o si American Express pasara de su azul corporativo clásico a un marrón claro. 

La paleta de colores establece y delimita todos los colores que pueden usarse en:

• Logos
• Tipografías
• Papelería (hojas membretadas, tarjetas de presentación, catálogos, etc)
• Material promocional (tazas, plumas, calendarios, etc)
• Sitio web, apps y redes sociales
• Tiendas, stands y promocionales
• Empaque de producto
• Y en general en cualquier material gráfico de tu marca…

¿Por qué no es fácil elegir una paleta de colores?

Aunque en términos generales cada color tiene una carga emocional universal, es un poco reduccionista asumir que, por ejemplo, el verde siempre transmite paz y tranquilidad, porque existen infinidad de tonos de verde que pueden transmitir la misma energía que un amarillo brillante, o la misma nostalgia que un azul apagado.

Además, hay que tomar en cuenta los significados culturales que se les atribuyen. Mientras que en algunas partes del mundo el blanco representa pureza, en otras es una señal de luto. Para algunos sectores el morado y el azul rey son colores que representan lujo, mientras que para otros son los colores beige y el azul pastel los más representativos de lo “exclusivo”. 

Cuando hablamos de una paleta de colores no solo se trata de pensar en qué transmite cada color de forma individual, sino cómo interactúan entre ellos y qué proporciones son las adecuadas. Con exactamente los mismos tonos puede comunicarse un mensaje muy distinto sencillamente cambiando la proporción en que los utilizamos. No es lo mismo que tengamos un color principal amarillo con acentos en morado como color complementario, a que tengamos un morado como color principal con acentos en amarillo. 

Por si todo lo anterior no fuera suficiente, tampoco podemos utilizar los colores de nuestra paleta en la misma proporción en todos lados. Por ejemplo, en una tarjeta de presentación un fondo vibrante puede verse bien, pero en un sitio web tal vez sea cansado a la vista, por lo cual hay que elegir tonos pensando que en algunas ocasiones serán el color principal y en otras serán elementos visuales secundarios, o de contraste.  

¿Cómo elegir la paleta de colores?

La variedad de colores, tonos y combinaciones que existen para elegir es prácticamente infinita, lo cual dificulta un poco encontrar los más adecuados para relacionarte con tu público objetivo y crear la experiencia visual que estás buscando. Afortunadamente, hay algunas reglas generales con las que puedes familiarizarte aunque no seas un experto en diseño y colorimetría. 

Aunque es tentador elegir los colores que a ti personalmente más te gustan para tu marca, lo correcto es pensar más bien en la naturaleza de la compañía, las expectativas del público objetivo y la forma en que interactúan entre ellas. Otra cosa que debes considerar es que tus colores corporativos estarán en interacción permanente con tus tipografías institucionales y con las formas de tu logo. 

Con esto en claro, ya puedes aprovechar estos pasos para elegir una paleta de colores:

1.- Define la personalidad de tu marca

Esta se construye a partir de lo que quieres representar para tus clientes. Por ejemplo, imaginemos que tienes un negocio de cruceros para pensionados. La personalidad de tu marca no puede ser estrictamente juvenil porque eso no generaría identificación, pero tampoco puede ser solemne o seria, ya que la experiencia que quieres ofrecer es de entretenimiento y relajación. 

En este sentido, tu paleta de colores necesitaría un equilibrio entre la energía positiva y cálida de unas muy merecidas vacaciones, y el respaldo de una agencia de viajes confiable y exclusiva. Por ejemplo, el azul marino y el amarillo podrán ser buenos puntos de partida. Casualmente, también son los colores del mar y del sol. 

2.- Revisa los colores de tu competencia

Antes de seguir avanzando, es buena idea hacer un análisis concienzudo de la identidad visual tanto de tu competencia como de marcas de productos o servicios afines. Especialmente de aquellas que ya han logrado un buen posicionamiento en el público al que tú apuntas. Esto te servirá para identificar sus aciertos y poder emularlos bajo tu propio estilo, pero también para desarrollar una imagen con un añadido de valor y que sea muy fácil de reconocer entre otras marcas del mismo nicho. 

Por ejemplo, es muy probable que otras empresas de cruceros también usen justamente el azul y el amarillo, y entonces tendrías que  buscar otros colores o encontrar una manera de que tu azul y tu amarillo destaquen entre el resto. 

3.- Prueba con varias combinaciones

En el ejemplo previo utilizamos azul y amarillo, que son colores complementarios y un inicio bastante simple. Puedes intentar armar tu paleta con estos dos colores complementarios más blanco, negro o gris, pero también puedes jugar con el círculo cromático y sumar un color análogo a cada uno de tus colores principales para darle más profundidad. 

En la otra mano, puedes usar los mismos tonos que elegiste con un poco más o menos de blanco para que sean más brillantes o más oscuros. Puedes hacer una triada más dinámica con algo de rojo, que contrasta con el azul pero complementa el amarillo, etc. Eso sí, procura no usar más de cuatro colores principales para no generar saturación visual. 

También puedes utilizar alguna herramienta online para generar una paleta de colores preliminar y darle una idea más clara a tu diseñador profesional de lo que tienes en mente. 

4.- Revisa cómo se ve en tu logo y tipografías

Si todavía no tienes ni logo ni tipografías institucionales, lo más probable es que tu diseñador los desarrolle junto con la paleta de colores. Si ya tienes estos elementos y no quieres modificarlos, necesitas comprobar que la paleta de colores que elegiste es congruente con el mensaje que transmite el resto de tu identidad visual.

Por ejemplo, si tienes un logo con letras muy cursivas y estilizadas, eso quizá desentonaría con una paleta de colores brillante con mucho contraste, además de que sería una saturación de estímulos visuales.

5.- Integra tu paleta de colores a tu manual de identidad visual

La paleta de colores, al igual que el logo y las líneas generales de tu identidad deben permanecer lo más estables posible en el tiempo. Eso no significa que no puedan hacerse ajustes y mejoras paulatinos, para no quedar pasados de moda, pero una renovación total suele hacer que se pierda la continuidad y el reconocimiento del público. 

Cuando estableces una paleta de colores, debes estar consciente de que la misma te acompañará durante muchos años y definirá en gran medida la forma en que te vinculas con tu audiencia y la rapidez con la que te reconocen, por eso no es algo que se deba hacer a la ligera. 

En Workana tenemos un directorio de diseñadores gráficos especializados en identidad visual corporativa. Crea tu proyecto en tres sencillos pasos y recibe de inmediato propuestas que se adaptan a tus necesidades y a tu bolsillo para llevar a tu marca un paso más lejos. 

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