Para conseguir un diseño profesional e icónico se requieren muchos años de estudio y experiencia, sin mencionar una inclinación innata hacia las artes visuales… Pero, si no es tu caso, eso no significa que no puedas aprender algunos trucos básicos del diseño que te permitan:
- Identificar lo que funciona en un buen diseño
- Comunicar mejor tus necesidades y expectativas a un diseñador gráfico
- Saber cómo evitar algunos errores clásicos del diseño
- Evaluar si te están entregando un trabajo de diseño de calidad o no
- Bocetar diseños gráficos creativos
Por ello, en Workana queremos compartir contigo esta lista de tips de diseño para no diseñadores que hemos recabado entre nuestros mejores freelancers en esta categoría. Después de leerla estarás mucho mejor preparado para comenzar a construir o mejorar la identidad visual de tu proyecto.
Vamos a dividir los siguientes tips en aquellos que aplican cuando trabajas con un diseñador y no sabes nada de diseño, y aquellos enfocados a que comiences a experimentar con tus propios diseños, aunque seguramente todos te serán de gran ayuda en algún momento.
¿Listo? Toma nota:
¿Qué debes saber antes de trabajar con un diseñador profesional?
1.- Pedir que “te diseñen un logo” es un error
Si estás empezando con tu emprendimiento, sabes que necesitas un logo, lo que quizá aún no sabes es que el logo es solo el pilar central de algo llamado “identidad visual”, que establece la paleta de colores, estilos, tipografías y demás reglas necesarias para que todos los diseños asociados a tu marca tengan congruencia y solidez interna.
Lo adecuado, entonces, es pedirle a un diseñador que te entregue un manual de identidad completo. Es un poco más costoso, pero es un documento que te ahorrará mucho tiempo, dinero y errores en el futuro.
2.- Todo diseño es parte de algo más grande
Así como un logo es parte de una identidad visual, un arte, add o flyer para redes es parte de una estrategia de marketing, una presentación corporativa es parte de un proceso de ventas, una infografía es parte de una capacitación, etc.
La mejor forma de que un diseñador entienda los objetivos de un diseño es explicarle cuál es su papel en el todo al que pertenece.
3.- El diseñador se adapta a tu identidad, no al revés
Si no tienes un manual de identidad visual, cada que trabajes con un nuevo diseñador habrá diferencias muy notorias en el estilo que proyectas, además nunca estará claro cuáles cambios rompen con la congruencia y cuáles realmente aportan valor sin alterar el tono de la comunicación.
Siempre hay mucho espacio para la creatividad y la innovación, pero la esencia de cada pieza necesariamente debe remitir a los lineamientos generales de diseño de tu marca.
4.- Analiza los diseños que te gusten
Una de las mejores maneras de familiarizarte con las buenas prácticas del diseño es tomarte un momento para analizar qué funciona y qué hace diferentes a las artes, logos o imágenes que te llaman la atención. Así, cuando convoques a un diseñador también te será mucho más fácil darle ejemplos de lo que estás buscando.
5.- Trata de imitar diseños y compáralos con el original
Esto sirve para dos cosas, en primer lugar para que comprendas mejor conceptos complejos como la proporción, el contraste y las leyes de la Gestalt, y también para que puedas establecer una línea clara entre el tipo de diseños sencillos que puedes hacer por ti mismo y aquellos para los que te conviene más contratar a un diseñador freelance.
6.- Recuerda que las tendencias del diseño también cambian
Visualmente hablando, el mundo era muy diferente hace veinte años: en pocos años el diseño en general se volvió mucho más fresco, esquemático y minimalista. Mantente actualizado en este sentido y esto te ayudará a aprovechar mejor los servicios de un diseñador y a optimizar la calidad de tu comunicación corporativa y personal en general.
Por ejemplo, ¿sabías que cada vez más personas cambian el típico CV aburrido de siempre por una infografía sobre sí mismas?
¿Qué debes saber antes de comenzar a experimentar con diseños por tu cuenta?
7.- Aprovecha las herramientas de diseño para no diseñadores
Aplicaciones como Canva, Looka o Relay, te ayudan a crear diseños sencillos a través de plantillas que ya vienen prediseñadas con el tamaño y las proporciones adecuadas para artes de redes sociales, presentaciones, flyers, brochures, y más.
Si ya invertiste en tu manual de identidad corporativa hecho por un experto, será más fácil que los diseños que hagas con estas herramientas se vean más profesionales y no pierdan homogeneidad entre unas y otras.
8.- Menos es más
Una de las máximas del diseño es que siempre se busca transmitir significados ricos y complejos recurriendo a la menor cantidad de elementos posible. Cuando saturamos un diseño, el cerebro se confunde y no logra captar el mensaje de un solo vistazo.
Sin embargo, crear un logo “sencillo” que proyecte que la tuya es una marca joven, confiable, sustentable y dinámica, por ejemplo, en realidad no es NADA sencillo. Por suerte, existen herramientas como los principios de la Gestalt que nos permiten decir mucho con muy poco.
9.- También es diseño lo que no lo parece a simple vista
Cuando pensamos en diseño solemos pensar en logos, en tarjetas de presentación, brochures o documentos que integren imágenes. Pero considera que también hay diseño en documentos que son principalmente texto, como plantillas de correo electrónico y entradas de blog.
El diseño está presente, literalmente, allí donde se puedan posar los ojos, y es importante que cada pieza de comunicación que genere tu marca tenga su sello distintivo para que el público pueda identificar “de un vistazo” quién está comunicando.
10.- Los colores nunca se eligen al azar
La ciencia del color es una de las áreas más complejas y más importantes del diseño, existe toda una teoría subyacente que le permite a los diseñadores profesionales determinar qué tipo de impacto visual causa una combinación particular, y no solo eso, sino también qué tipo de emociones y atributos evoca.
Los colores pueden considerarse un lenguaje en sí mismos y son capaces de comunicar los valores de tu marca y el tipo de experiencia que ofreces.
11.- Mínimo tres, máximo seis
A menos que tu empresa o emprendimiento esté en una industria relacionada con los niños o el diseño mismo, la mayoría de las veces conviene ser minimalistas con la cantidad de colores que vamos a usar, pero tampoco suele ser buena idea apelar al monocromatismo.
Nuestra recomendación es que juegues con tres a seis colores como máximo y cuando encuentres una combinación que te guste, la perfecciones de la mano de un diseñador profesional que pueda encontrar los matices y contrastes adecuados.
12.- Recuerda que los colores tienen varias dimensiones
Todos los colores son una combinación de los tres primarios, pero eso no significa que no haya otros elementos, además de la proporción entre amarillo, azul y rojo, que le dan personalidad y esencia a cada color.
El mismo tono de verde puede verse mucho más luminoso, saturado u oscuro dependiendo de la cantidad de negro, gris o blanco que se le agregue.
13.- Evita usar negro
Este color (o más bien ausencia total de él) suele aportar demasiado contraste. Un truco muy común entre los diseñadores es sustituir el negro puro con gris o algún otro color muy oscuro. Este sencillo cambio hace que un diseño sea mucho más amigable a la vista.
14.- La tipografía también transmite, y mucho
El tipo de letra que uses en tus piezas de contenido también transmite mucha información, al igual que los colores. Considera que cualquier manual de identidad profesional incluye por lo menos una tipografía principal y una o dos complementarias, y que, obviamente, estas tampoco se seleccionan de modo arbitrario.
15.- Las tipografías tienen “familia”
Una gran forma de darle uniformidad visual a un diseño es usar fuentes de la misma familia, es decir, variantes itálicas, condensadas o bold de la misma clase.
16.- Siempre ten a la mano las fuentes y el código hexadecimal de tus colores corporativos
En muchas ocasiones no se trata de hacer un diseño como tal, sino de cambiar el color, el tipo de letra o el fondo de algún diseño que ya existe. Si conoces exactamente qué tono y tipografías debes de usar, puedes hacer un montón de estos pequeños ajustes tú mismo sin necesidad de un diseñador profesional.
17.- El espacio “blanco” es necesario
Se le llama espacio en blanco a la distancia que existe entre los elementos de un diseño, y no necesariamente tiene que ser blanco, puede ser un fondo de cualquier color o incluso una imagen que no robe protagonismo.
Así como nos sentimos mejor en una habitación amplia, ordenada y con espacio para movernos libremente entre un mueble y otro, lo mismo ocurre con un sitio web o un catálogo en PDF, por ejemplo. Toma esto en cuenta para no saturar visualmente tus contenidos: a nadie le gusta una habitación repleta de cosas.
18.- No apretujes elementos de un diseño
De acuerdo con los principios de la Gestalt, mientras más cerca estén dos elementos es más fácil que el ojo los confunda en la primera impresión, y luego el cerebro tendrá que hacer un esfuerzo extra “separando” estos elementos muy próximos. Lo mejor es que desde el inicio le des suficiente espacio a cada cosa.
19.- Utiliza una cuadrícula para alinear los elementos
Aunque no se vea, todo buen diseño respeta las proporciones y la alineación de una cuadrícula imaginaria subyacente. Es como la armonía de una pieza musical: las notas pueden caer en distintos momentos, pero todas respetan la proporción del tiempo.
20.- No uses letras claras sobre fondos claros
Un tip básico es que si vas a poner texto sobre un fondo, utilices un color que haga un contraste suave pero perfectamente distinguible.
Por ejemplo, si usas rosa para contrastar sobre un verde de la misma intensidad, además de agresivo, al ser igual de brillantes ambos colores de todas formas le costará al cerebro distinguir los bordes entre uno y otro. Sería mucho más estético contrastar con un verde similar, pero más oscuro o más saturado.
21.- No uses letras oscuras en un fondo oscuro
También puedes invertir este criterio: letras claras sobre fondos oscuros. Si tu fondo tiene varios tonos, ten cuidado que no se pierda el texto en alguna parte, ya que este es uno de los errores más comunes del diseño autodidacta.
22.- El contraste puede lograrse de muchas maneras
No sólo con colores distintos, también con texturas, tamaños, escalas y proporciones diferentes. Si quieres distinguir un elemento de otro trata de pensar fuera de la caja y jugar con atributos originales.
23.- El diseño y el texto se fusionan como un todo
No puedes crear un diseño minimalista y limpio si tu texto no lo es también, ya se trate de un simple slogan, de una infografía o de todo el copy de tu sitio web. Mientras más conciso y poderoso sea el mensaje escrito, más fácil es integrarlo con una línea de diseño o incluso crear el diseño a partir del texto.
Si vas a trabajar con un diseñador, la mejor manera de complementar esa inversión es recurriendo también a un redactor profesional.
24.- No utilices el mismo tamaño en todo el texto
Si todo el texto tiene el mismo tamaño, el observador no tiene forma de identificar a simple vista qué parte es más importante, cuál es un título, o un párrafo, o un subtítulo, o una frase importante. Esto dificulta el escaneo del documento, lo vuelve monótono y hace más pesada su comprensión jerárquica. Aplica lo mismo para una tarjeta de presentación que para un sitio web.
25.- Toma en cuenta la simetría en la distribución
La simetría no sólo significa que tienes elementos del mismo tamaño en “espejo”, sino que el peso visual de los distintos elementos es equilibrado en el documento. Por ejemplo, quizá en la esquina superior izquierda tienes el logo, y en la esquina inferior derecha tienes el texto.
O tal vez tengas un texto breve con una fuente grande del lado derecho, y un texto más largo con una fuente más pequeña del lado izquierdo.
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Estos son sólo algunos tips muy generales para crear diseños sencillos, y hay otros miles que puedes encontrar a todo lo largo y ancho de la web, pero, antes de invertir tiempo en eso, siempre considera la relación costo-beneficio, porque la mayoría de las veces lo más económico y práctico a mediano plazo es dejar que un diseñador profesional te apoye desde el inicio.
¿Qué hay que estudiar para ser diseñador gráfico?
La carrera de diseño gráfico implica obtener conocimientos integrales de comunicación visual, producción de distintas clases de contenido, herramientas manuales y digitales, técnicas de dibujo y fotografía, y muchas otras cosas más.
Normalmente un diseñador profesional tarda de cuatro a cinco años en formarse y especializarse en alguna rama, ya sea artística, corporativa, editorial o publicitaria, entre otras. Algunos maravillosos diseñadores aprendieron todo lo que saben de forma 100% autodidacta, pero lo que los distingue a todos es una combinación equilibrada entre conocimientos teóricos, experiencia y estilo personal.
¿Cómo contratar un diseñador profesional que se adapte a tus tiempos y tu presupuesto?
En Workana puedes encontrar un diseñador gráfico especializado perfecto para tu proyecto, sin importar si necesitas un manual de identidad corporativa, una infografía, artes para redes sociales, edición de imágenes, darle estilo a un e-book, trípticos, folletos, rediseño de tu sitio web… y la lista sigue hasta el infinito.
Simplemente crea tu proyecto y comenzarás a recibir propuestas de profesionales con las skills que necesitas y adaptadas a tu presupuesto. Comienza ya a incrementar la competitividad de tu empresa o proyecto con imágenes más profesionales, persuasivas y congruentes con tu estrategia comercial.
Contrata un diseñador independiente en Workana hoy.
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