Bossware y los contras del monitoreo de empleados

A las compañías que los crean y utilizan les gusta llamarlos “time trackers” o “herramientas de gestión de productividad”, pero el hecho de que su calificativo no oficial sea “bossware” nos dice mucho de la actitud defensiva y desconfiada que realmente detonan en los colaboradores estos programas de vigilancia (en ocasiones de espionaje) en el trabajo, por muchos eufemismos que utilicemos para referirnos a ellos.

El bossware abarca una gran cantidad de programas informáticos cuya finalidad es que el empleador pueda monitorear minuto a minuto qué están haciendo sus trabajadores en sus computadoras, desde estadísticas relacionadas con el tecleo y los movimientos del mouse, hasta información detallada de las aplicaciones y páginas abiertas, e incluso total acceso a la pantalla en tiempo real o a la cámara web, en los casos más extremos. 

Se trata de una estrategia de control laboral que existe desde hace décadas, pero que, por obvias razones, se volvió más popular durante la pandemia y la subsecuente explosión del trabajo remoto. 

En teoría, los empleados deben ser notificados de que están siendo monitoreados, pero muchas veces las empresas no son transparentes con respecto a qué y cómo están vigilando. 

A continuación, te damos 5 buenas razones por las cuales implementar un bossware con tus equipos remotos probablemente no es la mejor idea, al menos si tu intención es aprovechar las ventajas de un buen clima laboral. 

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5 razones por las que el bossware afecta negativamente a los equipos remotos

1.- Incrementar la productividad no equivale a incrementar la eficiencia

Pasar horas conectados en los ambientes virtuales de trabajo e incluso tener una actividad intensa en ellos no es en absoluto garantía de que estemos siendo productivos, mucho menos eficientes.

El objetivo de cualquier mánager debería ser ayudar a su equipo a trabajar de forma más inteligente, es decir, alcanzar mejores resultados con menos esfuerzo, y el bossware tiende a fomentar justamente lo contrario, es decir, que se cumplan ciertos criterios arbitrarios que tienen más que ver con incrementar el esfuerzo y minimizar los descansos, pero no con optimizar el trabajo en sí. 

Incluso, un comunicado reciente de Microsoft (que ofrece varias opciones de bossware) advierte que “las organizaciones deben tener cuidado para no terminar monitoreando aspectos que realmente no son relevantes para el desempeño del empleado”, por ejemplo el tiempo que pasa frente a la computadora o utilizando programas de trabajo, o la cantidad de descansos que toma. 

2.- Máxima productividad a corto plazo no equivale a retorno de inversión real 

El argumento estrella que sigue dándole popularidad a los programas de vigilancia es que, efectivamente, ayudan a que los empleados “trabajen” más tiempo. Ya vimos que esto no es garantía de que lo están haciendo de modo eficiente, pero también tiene consecuencias negativas a mediano y largo plazo que pueden opacar cualquier pequeño incremento en la productividad que hayamos logrado. 

En primer lugar, el bossware estresa enormemente a los trabajadores, y el estrés laboral está directamente relacionado con el ausentismo. En segundo lugar, una política empresarial que implique vigilancia estrecha, prácticamente espionaje, es muy eficaz ahuyentando al talento y consiguiendo que “vuele” directo a empleadores de la competencia que sí están dispuestos a confiar en su gente.  

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3.- La sana competencia entre pares es mucho más efectiva que la vigilancia jerárquica

Si quieres detonar la productividad, en lugar de vigilar a tus trabajadores, consigue que se vigilen entre ellos, y por una buena razón. Con un entorno colaborativo de trabajo que sea transparente y que permita que todos vean lo que están haciendo los demás, te aseguras de que siempre hay un ojo vigilante sobrevolando el proyecto, porque realmente nadie quiere arriesgarse a quedarse atrás y para eso necesitamos compararnos continuamente. 

Súmale a esto una buena estrategia de gamificación, KPI´s enfocados a resultados y un dashboard siempre visible con los números de los mejores miembros del equipo, y tendrás trabajadores mucho más motivados para destacar. 

4-. Arruinas el clima laboral

Por muchas habilidades de liderazgo que tenga el gerente de un equipo, cuando hay  bossware de por medio es imposible no comunicar desconfianza. 

¿Cómo puede lograrse un clima de trabajo positivo sin confianza? No se trata solo de reservarnos el derecho a mirar o no en qué invierten las horas por las cuales les pagamos, sino del mensaje implícito de que asumimos que, inevitablemente, los empleados van a sacar ventaja de nosotros si tienen la oportunidad, y eso, psicológicamente hablando, equivale a decir que también la compañía va a intentar sacar ventaja de los colaboradores; de que los ve como meras herramientas sustituibles y no como seres humanos. 

5.- Puedes invertir esos mismos recursos en estrategias más eficientes

Por regla general, el bossware no es una solución gratuita. Hay programas más económicos que otros, pero aquellos que tienen funcionalidades medianamente atractivas tienden a ser muy costosos. Ya vimos que el retorno de inversión de estos programas es aparentemente inmediato, pero no se sostiene en el tiempo. 

Entonces, ¿por qué no mejor utilizar esos recursos en estrategias más seguras? Te dejamos solo tres propuestas para empezar:

  • Gamificar el flujo de trabajo para detonar la sana competencia entre pares,
  • Invertir en mejores compensaciones para elevar la motivación, y
  • Recurrir a consultoría de expertos antes de contratar a un nuevo colaborador remoto, para asegurarnos que cuenta con las soft skills de autogestión que necesita para ser eficiente y autodirigido. 

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Conclusión: no al bossware, por favor

Los empleados no solo ven el bossware como una severa invasión a su privacidad, también como una clara muestra de que la empresa o el jefe no confía en ellos, y de que esta falta de confianza es extensiva a la falta de aprecio. Todo esto sin mencionar que, en equipos remotos de desarrollo y programación, los colaboradores con elevadas habilidades tecnológicas pueden incluso hackear el programa. 

En conclusión, aunque parece tener cierta utilidad, el bossware solo palia de manera superficial y parcial el problema, pero no hace que tus colaboradores estén genuinamente más motivados, y además atenta directamente contra su compromiso con el proyecto y la compañía. 

El mejor primer paso que puedes dar para tener un equipo remoto eficiente, comprometido y que alcance todas las metas es contratar a las personas adecuadas con toda las skills técnica que buscas, pero que también puedan demostrar buenas habilidades de autogestión y orientación al logro. 

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