Como freelancer, los ingresos que uno tenga estarán más que nunca ligados al trabajo propio y los resultados generados (no existen premios por antigüedad, aumentos por acuerdos de sindicato ni por política de empresa…). Esto hace que sea crucial entender cuáles son aquellas actividades que tienen mayor rentabilidad, o sea que rinden mejor económicamente en función del esfuerzo que requieren.
Sin dudas, antes de esto existen también otras consideraciones: las actividades que uno desarrolla deberían ser placenteras, permitiéndonos crecer y expandir nuestras mentes… aunque esto es tema para otro artículo.
En cuanto a la rentabilidad, es importante entenderla para poder planear: habrá actividades que rinden muy bien económicamente y por ello será bueno apuntar a aumentarlas a futuro. Por otra parte, de este análisis también puede surgir una actividad que no es tan rentable como otras pero uno decidir mantenerla porque es muy valiosa en otro aspecto. En cualquiera de los casos, la pregunta es: ¿cómo identificar las actividades más rentables?
Registrar la inversión requerida
La expresión más clara de este punto está en las horas de trabajo que consumen cierta actividad. Para aquellos que se desempeñan en rubros de servicios como programación, diseño o traducción, sólo por dar algunos ejemplos, llevar un registro preciso de las horas trabajadas en los diversos proyectos será una excelente forma de conocer cuál ha sido la inversión hecha en ellos. Después de todo, esos son los costos directos que los proyectos tienen (los indirectos serían el alquiler o la cuenta de luz, pero esto es otro tema).
Para llevar un registro de horas, será necesario contar con una simple planilla con días, proyectos y espacios para ir completando las horas trabajadas en cada caso. Al final de cierto período, debemos sumar todas las horas invertidas en un proyecto para entender cuánto tiempo de trabajo hemos dedicado. Luego, tomar los ingresos que el proyecto generó en ese período y dividirlos por las horas trabajadas. Esto nos devolverá un valor por hora, el cual es un parámetro con el que muy fácilmente podemos comparar proyectos y actividades entre sí.
Con este ejercicio se puede llegar a la conclusión de que cierta actividad rinde mejor que otra o incluso que cierto cliente paga mejor que otro. Tomar los valores absolutos que paga una actividad o cliente (por ejemplo el total del proyecto es por $500) puede ser engañoso ya que no tiene en cuenta cuál es el esfuerzo que implica.
En otros rubros, para entender la rentabilidad de una actividad seguramente haya también que considerar otras cosas. Por ejemplo si uno construye lámparas artesanales, además de las horas que implica construir una habrá que considerar los costos de los materiales. En ese caso la fórmula implicará tomar los ingresos, restarle los costos de materiales y recién a ese resultado dividirlo por las horas trabajadas. Lo bueno de esto es que será útil para comparar actividades muy disímiles (construir lámparas y traducir textos, por ejemplo) ya que lo que se contrasta es lo mismo: el valor por hora.
Adicionalmente, esto es útil para mantener las finanzas ordenadas.
¿Cómo hacer que el tiempo rinda mejor económicamente?
Siendo que el valor por hora consta de tan solo dos componentes, hay básicamente dos formas de mejorarlo: aumentar los ingresos, o sea cobrar más caro por la actividad, o disminuir las horas trabajadas. Para este último punto, será de gran utilidad ir desarrollando formas de trabajar más rápido y lograr una mayor eficiencia.
¿Qué hacer una vez que se conoce la rentabilidad de las actividades?
Éste punto es muy personal. Si bien en términos generales uno entiende que debe trabajar más en las actividades que mejor rinden económicamente, lo cierto es que a la hora de dividir el tiempo propio entran en juego otros factores que no deben ignorarse. Habrá actividades que no impliquen ingresos hoy día pero sí funcionan a futuro (como capacitarse o dedicar tiempo a ventas); habrá actividades que impliquen pocos ingresos o incluso gastos pero son cruciales para descansar o desarrollar otras áreas de interés; incluso habrá actividades en donde entren en juego varias cuestiones emocionales y por ende el factor económico ya no tenga peso.
En todos los casos, lo ideal es lograr un equilibro en donde uno pueda tener ingresos razonables según las expectativas y deseos propios al mismo tiempo que se usa el tiempo para cosas positivas.
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