Trabajo Remoto: un mar de oportunidades

Trabalho Remoto - Um mar de oportunidades

Septiembre 2012: Princess Cruises acaba de suspender mis 6 meses de vacaciones y me pide que me embarque en menos de un mes para cubrir al Gerente saliente del Grand Princess.

Me presionan y amenazan con “cerrar mi legajo” sino acepto resignar mis vacaciones y embarcar en menos de 2 meses. Les digo que lo hagan y renuncio…

Crown Princess - mi ultimo barco

Crown Princess - mi ultimo barco 2

Renunciar no solo implicó dejar un trabajo, significó un nuevo cambio de vida, así como volver a insertarme en un mercado laboral, del cual faltaba hacía más de 20 años…. Y como si fuera poco, estaba a meses de cumplir 44 años: era el combo perfecto.

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Dejé la ciudad de Rosario a los 23 y luego de 20 años, no quedaban muchas referencias laborales a las cuales recurrir: las empresas en las que había trabajado ya no existían y nunca había sido demasiado buena en esto de “mantener los contactos”. Adicionalmente, llegaba a un país con una situación comprometida y donde no hacían más que preguntarme si estaba segura de lo que estaba haciendo… over and over and over again.Pueblo Esther

Mi mayor preocupación, además de conseguir trabajo, era hasta qué punto iba a tolerar estar encerrada en una oficina de 9 a 18 hs, viendo todos los días las mismas caras y haciendo todos los días lo mismo… Trabajar durante tanto tiempo en una línea de cruceros, había modificado mi forma de ver las cosas drásticamente.

2013 voló sin que me diera cuenta, definiendo dónde vivir, como vivir y tirando CVs a cuatro manos… Fue un año frustrante: conseguí poquísimas entrevistas y en ellas no hacían más que resaltar que no podrían pagarme lo que venía cobrando… muchísimas veces me fui preguntándome para qué me habían llamado… y sintiéndome un bicho raro.

2014 voló y con él volaron mis ahorros. Necesitaba hacer un cambio drástico y re-pensar la posibilidad de volver a Buenos Aires donde mis chances eran mejores… Pero me resistía, no estaba lista para volver a una ciudad que amo con el alma, pero que ya no era mía. Dicen por ahí que nada es casual…

Workana llegó de repente a mi vida, de la misma manera que lo hizo Princess: sin que me diera cuenta.

Buscando definir mi futuro laboral y personal; empecé a suscribirme en cuanto newsletter cayó en mis manos y a leer cuanto artículo encontré vinculado a ofertas laborales, mercados, ambientes de trabajo…

¿Trabajo remoto? No tenía idea de qué se trataba, pero jugada como estaba no iba a dejar nada sin investigar.

El “primer puerto” en el que anclé fue Freelancer, el siguiente fue Odesk… Workana llegó de la mano de una mención en una nota que recalcaba que trabajaban para el mercado latino. Descubrí que los proyectos eran más interesantes y las tarifas promedio, mucho mejores… lo demás es historia.

Empecé con mi primer proyecto con un par de horas por día y reconociendo que no tenía ni idea de lo que hacía y que tenía mucho por aprender. La locación no era un problema, si finalmente me volvía a Buenos Aires, podría seguir trabajando en Workana mientras aparecían puertos mejores. Al poco tiempo, no sólo estaba trabajando 25 horas semanales, sino que era recomendada para un segundo proyecto; en el cual un año después aún sigo trabajando….

¿Puertos mejores? Workana ¿Oficina de 9 a 18 hs? ¿Estructura? ¿todos los días lo mismo? Workana fue la respuesta perfecta a todos mis miedos: es todo tan dinámico que es imposible aburrirse. (Algo similar le sucedió a Ale Kikuchi, quien trabajó y viajó por el mundo).

Mi oficina es la mejor del mundo: en mi casa, con mis fotos favoritas y mis perras debajo del escritorio haciéndome compañía … sigo viendo la misma cara todos los días, pero es la mía así que no es tanto problema.

Rosario

Llegó el 2015 y Workana fue, nuevamente, la solución a un problema: tenía que mudarme y la mejor opción era un pueblo a 30 kms de Rosario. Cambié mi oficina por una en el “medio del campo” y seguí freelanceando en Workana.

Transitamos el 2016 y si bien no hay vientos de cambio, conmigo nunca se sabe… Mañana podría decidir que el sur es mi lugar en el mundo e irme y cambiar nuevamente de vida sin problemas y con Workana.

Pueblo Esther

Workana fue la mejor decisión que pude haber tomado. No importaron mis 44 años, mis faltas de referencias o las decisiones que hubiese tomado.

Workana me ayudó a estabilizarme laboralmente y si bien era una solución temporaria hasta que apareciera algo mejor, resultó ser lo mejor que me había pasado.

No sé qué me depara el futuro… pero haga lo que haga y vaya donde vaya, sé que seguirá siendo de la mano de Workana.

Silvia Cura es Converter en Workana.

Conoce historias de otros profesionales, que también descubrieron al trabajo remoto como vía para una mejor calidad de vida, entre ellos Sivu Camacho, Sarah Chambers, Pablo Grande o Guillermo Bracciaforte.

Para comenzar a trabajar de forma independiente, mira los proyectos publicados en Workana y postúlate.

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