Soy Carla Larrossa, me convertí en freelancer porque el mercado de trabajo me cerró las puertas después de la maternidad. Y esa fue la mejor cosa que me pasó.
Tenía un trabajo que me encantaba. Así fue hasta que descubrí que estaba embarazada, en la misma semana que mi contratación sería finalmente oficial. Bueno, yo podría no haber dicho nada, pero decidí compartir la noticia creyendo que no sería un problema… Decir la verdad causó mi despido. Además, el empleador me sugirió abortar para seguir trabajando. Pero no voy a entrar en este tema.
El tiempo pasó y mi hija creció. Intenté volver al mercado de trabajo, pero las puertas se cerraron. Las empresas ya no me veían como profesional, sino como madre, y la prioridad era mi hija.
No es novedad que muchas mujeres son despedidas después de la licencia de maternidad. Si eres madre sabes que corres este riesgo.
Como no sé estar sin trabajar, pasé a dedicarme a ayudar a mi esposo, trabajando con él vendiendo vehículos por internet (yo era freelancer y no sabía), realizando la prospección de clientes y atención via chat en nuestra página de Facebook. Aunque era suficiente en lo financero, no me sentía bien trabajando de esta manera. Nunca me gustó la idea de ser dependiente de otra persona.
Sin embargo, el hecho de navegar en internet y estar conectada en una red social me posibilitó encontrar otra vez a algunas personas, entre ellas encontré a Cristine. Este encuentro estuvo lleno de largas conversaciones e intercambios de experiencias, ya que somos madres y compartimos las mismas ideas sobre la mujer: tener su trabajo y ser independiente de su esposo. Todas las mujeres deben conquistar su espacio y la independencia financiera.
Fue cuando Cris (Cristine Ribeiro) me comentó sobre su trabajo a través de Workana y sobre cómo era posible trabajar freelance, que las ganancias eran reales y que mucha gente ya estaba trabajando desde casa y recibiendo montos iguales o superiores a los de la gente con un empleo presencial. En resumen, ella me presentó oficialmente al mundo del trabajo remoto. Y aún no creyendo en esta posibilidad hice mi perfil en Workana.
Al principio cometí pequeños errores, no entendía bien como funciona la contratación. De todas formas, confié en Workana. Como ya había trabajado mucho con creación y interpretación de textos decidí intentar la suerte como redactora. Después de algunos días empecé a enviar mis primeras propuestas y para mi sorpresa algunas de ellas fueron aceptadas enseguida. En cada proyecto también hacía técnicas de SEO, me organizaba y cumplia los plazos, y eso resultaba en clientes muy satisfechos. Después de 2 meses ya estaba dedicándome 100% al trabajo remoto como redactora, conquistando muchos otros clientes.
Como debemos siempre estar atentos, yo estaba haciendo una búsqueda para enviar nuevas propuestas cuando encontré un proyecto publicado por Workana buscando un profesional para trabajar en atención al cliente. Entonces, además de trabajar con la producción de contenidos, hoy también soy parte del equipo de Workana y trabajo en el área de Atención al Cliente como Account Manager. Divido mi tiempo entre el trabajo, mi família y disfruto del tiempo libre. Puedo acompañar el crecimiento de mi hija con tranquilidad, dándole todos los cariños de madre.
Y hay más beneficios además de darle cariño a mi hija. Después de empezar a trabajar como freelancer pude finalmente realizar un sueño: viajar y conocer el Fuerte de San Miguel.
Con mi trabajo, yo pago 50% de las cuentas de casa, escuela, y también pudimos comprar otro auto. Además, pude ir a ver espectáculos y al teatro.
El trabajo remoto está conquistando cada vez más espacio y el mercado de trabajo presencial está cerrando puertas. Mucha gente está perdendo su empleo. Navegar es necesario y es una excelente fuente de ingresos. Fue a través de Internet y del trabajo como freelancer en Workana que vencí el desempleo, recuperé mi autoestima y conquisté la independencia financiera.
Carla Larrossa – Atención al Cliente, Workana
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