En este Día del Trabajador, quiero contarles mi historia:
Recorro los caminos de la traducción hace casi cinco años. Mi gusto por lo aprendido, por las lenguas extranjeras y culturas me motivaron a emprender este viaje lleno de desafíos y muchas satisfacciones. Hoy, gracias a Workana, me puedo dedicar a hacer traducciones, a tener la libertad que solo el trabajo freelance puede proporcionar y puedo decir que todo vale la pena.
No siempre fue mi profesión principal. Estudié Letras y soy especialista en lengua española. Después de ejercer distintas actividades profesionales, desde gerente de un SPA en cruceros hasta profesora para niños.
Comencé a sentir la necesidad de tener más libertades, característica que los trabajos tradicionales no poseen.
Largas distancias, horarios interminables, jefes aburridos (a veces), todo eso me estaba matando; pero lo difícil era hacer el cambio. Fue después de investigar mucho en blogs, webinars y conversar con algunos traductores, cuando llegué a Workana y ahi todo comenzó a cambiar. Hoy me dedico a a trabajar de traductora y revisora junto con otros compañeros, que hacen lo mismo que yo. Trabajar con otros profesionales es muy enriquecedor. La confianza y planificación son esenciales a la hora de delegar trabajos, así también como la comunicación y el acompañamiento, esenciales para obtener la calidad deseada y satisfacer las necesidades de los clientes.
Toda profesión tiene sus desafíos y trabajar como freelancer no es la excepción.
Dentro de todos los que he enfrentado, los principales han sido: el manejo de los horarios, la comunicación remota con los clientes y las finanzas. Ciertamente es muy reconfortante poder crear un horario de trabajo propio y hacerlo desde casa, pero organizarse puede volverse un desafío que debe ser superado para no trabajar muchas horas de más y consecuentemente disminuir la calidad del trabajo y la calidad de vida. Al final de cuentas, no era esa la idea.
La comunicación con el cliente es otro desafío. Trabajar como freelance, en sitios como Workana, permite derribar esas fronteras y eso abre las puertas de un mundo de culturas diferentes. Por lo tanto, mantener una comunicación cordial que transmita profesionalismo y que al mismo tiempo acorte las distancias es indispensable para inspirar confianza y realizar un trabajo que satisfaga a ambas partes.
Otro desafío que tengo que superar todos los días es que, como freelancers, somos nuestros propios jefes, administradores, secretarios y todo eso debe ser tenido en cuenta a la hora de negociar el valor de nuestro trabajo y así lograr un equilibrio en nuestras finanzas. Es todo un tema de organización.
A pesar de todo eso, nada reemplaza la felicidad que trae la libertad que ofrece el trabajo freelance.
Así continúo aprendiendo (espero que nunca termine). Creo que finalmente encontré el camino correcto 🙂
Genoveva Di Maggio, traductora, profesora y revisora de lengua española.
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O también puedes emprender para disfrutar de tus propios tiempos: crea un proyecto en Workana y contrata freelancers que te ayuden a desarrollarlo.