10 hábitos que como freelancer deberías evitar

Hace poco te contamos cuáles son los hábitos fundamentales que debería adoptar todo freelancer en su trabajo diario. Ahora queremos hacer foco en lo que NO deberías hacer para así poder mantener tu nivel de productividad, salud mental y profesionalismo, y en consecuencia conseguir una abultada cartera de clientes, objetivo de todo freelancer 🙂 

Los 10 hábitos que te juegan en contra

Entre los “errores” más comunes armamos un compilado. Evita caer en cualquiera de estos hábitos:

Recluirse

Que trabajes desde cada como freelancer no implica que tengas que ser un solitario empedernido y no salir de tu “cueva”. Trabaja lo suficiente durante tu típica jornada laboral de manera que puedas aprovechar al máximo los fines de semana, tu tiempo libre con familia y amigos, y tomarte esas vacaciones tan merecidas. No descuides tu veta social. Es sano para tu mente. Puedes también irte a trabajar a un café o  alquilarte una oficina compartida con otros profesionales. Y además siempre recuerda participar de eventos, capacitaciones y reuniones de grupo para fomentar tus vínculos sociales.

Ser desorganizado

Un escritorio desordenado y un ambiente poco propicio para trabajar van a jugar en contra de tu productividad. También lo hará una agenda desorganizada, falta de planificación y definición de prioridades. Sin estos recursos mínimos no podrás concentrarte en tu trabajo y hacer foco en lo que realmente importa.

Ser un obsesivo por el trabajo

No es necesario que te quedes despierto hasta altas horas de la noche o que te pases el fin de semana encerrado entre cuatro paredes. Si aprendes a organizar tus tiempos podrás disfrutar también tus momentos de ocio. Obsesionarte con tu trabajo va a terminar bloqueando tu mente, tu capacidad creativa y te generará mucha ansiedad.

Postergar

No dejes para mañana lo que puedes resolver hoy. Es una regla básica para poder cumplir con los deadlines y evitar así verte perjudicado con otros proyectos. Dedícate el tiempo incluso para trabajar sobre esa tarea que tanto te disgusta, pero que es necesaria. Ahora eres tu propio jefe y debes tener la capacidad de organizar tu propio tiempo.

Ser tímido

Debes poder sacar lo mejor de tus habilidades sociales y de comunicación para poder llevar la relación diaria con tus clientes, mantener vínculos con colegas, vender tus servicios, conseguir nuevos proyectos y promocionarte como freelancer. Nadie hará el trabajo por ti. Genera una excelente imagen profesional, transmite capacidad, actitud y seguridad.

Responder tarde a las comunicaciones

Grave error. No te demores en responder las comunicaciones a tus clientes. Esto te quita profesionalismo y le da a entender que estás poco interesado y comprometido con tu trabajo. Responder en tiempo y forma le transmite tranquilidad a tu cliente, así como enviarle updates periódicos sobre avances del proyecto. También procura ser cumplido y preciso cuando respondas a un prospecto que te haya contactado para contratar tus servicios.

No saber decir “no”

Debes poder tener en claro cuándo decir “no” a tu cliente cuando te solicita un extra o te hace una propuesta que no te conviene (esto podría perjudicarte tanto en la organización de tu trabajo como en tus finanzas).  Ten en claro que estás haciendo negocios y no permitas que abusen de tu buena predisposición.

Sentirse inseguro

Puede ocurrir que los clientes no te contacten con la frecuencia que esperabas, que te reboten tus sugerencias de mejora,o que no les haya gustado demasiado la última propuesta que preparaste. Esto no debe desanimarte. Es parte del trabajo diario y debes poder tener la actitud y seguridad necesarias para afrontar este tipo de situaciones. Ahora bien, date lugar también para la autocrítica y evalúa que podrías mejorar para modificar los resultados 😉

Ser perezoso

Eres tú quien debe salir al ruedo a asegurarse la continuidad en el trabajo y garantizar un trabajo de calidad y super profesional. Deja todo en tu trabajo, aprende a hacer foco y sacar el máximo posible de tu jornada laboral, para después aprovechar el tiempo extra como mejor te plazca 🙂 La pereza te lleva a resultados mediocres.

Quedarse cruzado de brazos

Si un prospecto no te ha dado su parecer sobre tu propuesta laboral es una buena idea que le hagas seguimiento para no dejar el tema en el olvido. Acciona y envíale un e-mail para ver qué le pareció o si pueden llegar a negociar algunos términos. Procura no ser demasiado insistente y siempre dirígete a él con respeto y cordialidad.   

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