Cómo armar una buena propuesta

Al postularte para una trabajo buscas que tu propuesta sea contundente y que convenza a tu futuro empleador de que eres el indicado.

El cliente por su parte recibe muchas propuestas entre las que tiene que evaluar qué perfil se adapta mejor a su búsqueda. Pero no revisa en detalle cada uno . . . la forma en que redactes tu propuesta será lo que marque la diferencia. Es la primera señal de la que se valdrá el cliente para incluirte en su lista de candidatos preferidos. ¿Tu objetivo final? Ser el elegido. Te recomendamos entonces una serie de tips para que logres destacarte del resto de los postulantes.

Aplica tu capacidad de síntesis

En la propuesta tendrás que  describir tus habilidades y experiencia para cubrir la posición. La idea no es que copies y pegues la información de tu perfil, sino que hagas un breve resumen de tus capacidades y background que resulten claves para esa oportunidad laboral. Destaca lo que más aporte. El cliente debe poder tener un pantallazo general de tu experiencia y talento en esa área en particular.

Adapta tu propuesta a la búsqueda

Si bien seguramente tendrás un texto base en cuanto a estructura y contenido, es importante que adaptes tu propuesta para cada búsqueda en particular. ¿Por qué? Porque para uno u otro caso seguramente necesites destacar diferentes habilidades o talentos, complementarla con cierta información u obviar otra 😉

Sé claro y consistente

El texto en sí debe poder transmitir claramente cuál es tu aporte ante esa necesidad que el cliente está buscando cubrir, y especificar por qué debería elegirte a ti. No explícitamente (cuidado con decir “Considero que usted me debe elegir porque . . . ” ¡Jamás!) sino implícitamente. Debes poder plasmar en palabras, de un modo concreto y profesional, qué te diferencia del resto y por qué te debería seleccionar.

Demuestra tu disponibilidad e interés

Te aseguramos que el cliente quiere a su lado colaboradores que sientan pasión y compromiso por lo que hacen. Tu propuesta debe reflejarlo. ¿Por qué quieres ese trabajo? ¿Cómo puede ser clave tu contratación? ¡Saca provecho de la propuesta para transmitirlo! También hazle saber que estás a su disposición para ampliar las informaciones que así requiera.

Aprovecha la oportunidad para venderte

El estilo que adaptes es una cuestión muy personal. Hay quienes hasta utilizan algunos recursos publicitarios para persuadir. De todas formas no la recargues con adjetivaciones; trata de mantener un estilo neutro y objetivo, pero contundente, que convenza 😉

Responde a las preguntas del cliente

Puede ocurrir que el cliente te solicite información complementaria sobre tu experiencia, aspiraciones, o consideraciones especiales sobre un determinado tema. En ese caso, no puedes olvidar incluir en tu propuesta cada uno de esos puntos, de forma sintética pero completa. Muchos clientes descartan directamente las propuestas que no se ajustan a sus requerimientos de información. ¡Tenlo en cuenta!

Y claro está: no olvides revisarla íntegramente para eliminar errores, repeticiones, chequear ortografía (no nos cansaremos de recordarlo :D)  y asegurarte que el texto fluya a la perfección. ¡La primera impresión es la que cuenta!

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