Mi nombre es Sofia Santucho. Descubrí Workana a los 16 años y desde ese momento comencé a postularme siempre con esperanzas de conseguir algún proyecto. Cuando lo logré, se me abrieron muchas puertas en nuevos proyectos los cuales representaban un desafío para mí.
La posibilidad de empezar una carrera freelance nunca se me ocurrió, nunca se me pasó por la mente. Siempre estuvo la inquietud de querer tener dinero propio o alguna salida laboral tipo «informal» (o formal) pero la motivación siempre estaba lejos, fuera de sí, no llegaba a ser parte de mí.
Decidir, no decidí. Simplemente sucedió y como buena aprovechadora de oportunidad supe cómo no dejarlo pasar. Porque la realidad era que este sol era para NO dejarlo pasar.
En el año 2013 y en algún día de marzo tuve mi primera clase con un profesor que no causó ni gran impacto en mí ni tuvo demasiada relevancia personalizada. Sin embargo, me abrió las puertas hacia un espacio desconocido que si bien yo sabía que existía, siempre lo había dejado pasar, pensando, tal vez, que no era algo confiable o hasta el punto de creer que podía ser irreal. Él contó a la clase que además de trabajar en la escuela y ser periodista, hacía traducciones y redacciones de manera freelance por medio de plataformas de trabajo en internet. Nombró algunos sitios, incluído Workana. Todos quedaron estupefactos por lo que contaba, era difícil creer que podía ser real. Surgieron las típicas preguntas como «¿y cúanto se gana?, «¿es difícil?» y muchas otras clásicas.
Con respecto a mí, lo pensé como una oportunidad interesante pero no me terminaba de cerrar, simplemente lo escuché, celebré y se perdió en otros pensamientos.
En el colegio siempre fui la que más sabía inglés y hacía redacciones dignas de felicitaciones. Mis compañeros me empezaron a decir que por ahí tendría que hacer lo mismo que hacía el profesor y así, ganar plata. La idea quedó rondando en mi mente. Y después de mucho tiempo (creo que recién a finales de 2013/principios de 2014) me abrí la cuenta en muchas plataformas entre ellas, Workana.
Aunque parezca gracioso, con Workana fue amor.
No había mejor diseño de plataforma y de fácil uso y adaptación que esa. Probé con muchas en inglés o simplemente otros sitios pero los medios para retirar el dinero (en caso de ganarlo) era más complejo y el diseño dejaba mucho que desear.
No voy a decir que fue fácil. No es que envié una propuesta y ahí nomás me la aceptaron, para nada. Pero nunca me desesperé porque realmente no estaba obsesivamente deseando ganar dinero, nunca forcé nada. En una de esas, si me sentía de esa forma lo podría haber logrado más rápido. Al contrario, dejé que el tiempo pasara y enviaba incansablemente propuestas con el mismo modelo de redacción con el que hoy las mando.
Siempre tuve esperanzas de encontrar algo y que me aceptaran pero nunca estuve al borde de alguna locura ordinaria. Y final y naturalmente llegó el día en que mi primer cliente llegó.
Obviamente me invadió una felicidad que se acercaba cada vez más hasta explotar de alegría, no podía creerlo. Lo más raro fue que tenía que redactar sobre aviones y marketing de la empresa, cuestiones sobre las que yo no tenía experiencia de ningún tipo. Nunca fui una profesional, simplemente era buena en ello y me gustaba. De alguna forma, estuve obligada a investigar y disfruté mucho del proceso ya que adquirí conocimientos y aprendí a superar desafíos.
Una vez finalizado ese proyecto, volví a ser contratada por el mismo cliente.
Es cierto que tener experiencia en la plataforma hace que sea más fácil que te acepten en más propuestas pero también te siguen declinando en muchísimas. La cuestión es tener en claro que siempre se puede y que nunca hay que dejar de intentarlo porque, te lo esperes o no, la oportunidad siempre llega.
Lo que me motiva a seguir trabajando en Workana es que representa para mí un área donde puedo adquirir conocimientos sobre cuestiones nulas y mejorar aquellos sectores donde me puedo defender. Además descubrí que la redacción es una de las áreas que me apasionan y que realmente me siento cómoda haciéndolo y es por eso que hoy estudio Letras Modernas en la Universidad.
Siento que el ingreso a la plataforma fue decisivo para entender mi presente y futuro.
Cada nuevo proyecto es un desafío y una montaña rusa de investigación y aprendizajes. ¿Cómo no sentir la gloria con Workana?
Sofia Santucho – ¡Mira su perfil!
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