¿Cuántas veces te ha ocurrido que, al trabajar en un proyecto, te has sentido perdido, abrumado o sobrepasado por las dudas, los plazos de entrega y las tareas en las que trabajar?
Todo eso es muy común cuando uno comienza a trabajar como freelancer, pero podría evitarse fácilmente siguiendo una metodología de trabajo; es decir, definiendo cada uno de los pasos a seguir en un proyecto antes de comenzar a trabajar en él. (Pero antes, ¿qué es un freelancer?)
Y es que tener una metodología de trabajo no solamente es importante para que el profesional pueda organizarse, trabajar mejor y seguir un ritmo de trabajo sin imprevistos sino que además ayuda a entregar mejores resultados asegurando así que el cliente quede satisfecho.
Pero, ¿qué tener en cuenta a la hora de crear una metodología de trabajo?
¿Qué pasos, sí o sí, deberías tener en cuenta para entregar un excelente resultado y minimizar y evitar disputas con tus clientes? Desde Workana te contamos cómo definir tu metodología de trabajo en 4 pasos.
4 consejos para definir tu metodología de trabajo
1. Definir el trabajo
Hay un dicho que dice: “si no sabes adonde vas, es probable que nunca llegues”. Y lo mismo ocurre cuando comienzas a trabajar en un proyecto, ya que si no sabes qué debes hacer exactamente, difícilmente podrás entregar un resultado excelente para tu cliente.
Es por eso que el primer paso al ganar un proyecto freelance es definir en detalle las tareas a realizar, acotar los temas, los pasos a seguir y los resultados a entregar. Antes de comenzar a trabajar haz un listado punto por punto sobre el trabajo a realizar, y pide a tu cliente que lo confirme para así doble chequear e ir sobre seguro.
Si tienes dudas pregunta a tu cliente, él estará encantado de solucionar tus consultas para que puedas entregar un buen trabajo. Y además, esto te ayudará a evitar malentendidos, disputas e incumplimientos.
2. Crear un cronograma de trabajo
Crear un cronograma o calendario de trabajo no solamente es útil para definir y fijar qué se va a hacer cada día y cuánto tiempo se destina a cada tarea hasta completar el proyecto, sino que además permite prever posibles retrasos y ajustar las fechas para que no haya problemas con los deadlines.
Una vez que sepas en qué consiste detalladamente el proyecto y cuáles son los plazos de entrega, crea un calendario que muestre los días de trabajo, que incluya qué tareas vas a realizar por día y que contemple imprevistos para que eso no influya en la entrega del proyecto.
3. Trabajar por etapas
Cualquier proyecto, no importa cuál sea su tamaño, debería ser dividido en pequeñas etapas, sub-tareas o hitos para que el cliente apruebe cada paso y tú puedas seguir avanzando en función a su feedback.
Aprende a usar y aprovecha los entregables. Por ejemplo, si tienes que entregar una página web envía primero una pequeña muestra, si tienes que escribir diez artículos para un blog envía primero uno como referencia y después sigue con los otros nueve, y si tienes que diseñar un blog muestra primero a tu cliente un boceto.
Si por el contrario apuestas por entregar todo al final hay un gran riesgo de que el cliente te pida numerosos cambios que podrían haberse evitado si cada etapa hubiese sido revisada. Y si además de entregar todo al final lo haces en la fecha límite, eso puede despertar disputas entre tu cliente y tú.
4. Comunicarse con el cliente
La comunicación con el cliente debería ser una obligación a lo largo de todo el proyecto.
Aunque las fechas de entrega estén claras, las tareas a desarrollar estén definidas y las etapas para entregar resultados estén fijadas,siempre hay que seguir comunicándose con el cliente y mantenerlo al día de nuestros avances incluso si el trabajo está hecho. Eso genera seguridad y confianza, y además es probable que sean más comprensivos ante algún desajuste si la comunicación siempre ha sido eficiente y fluida. Siempre que lo hagas, envíales mensajes eficientes, así no perderá tiempo ninguno de los dos.
Coméntale que hiciste tales avances, que tienes previsto entregar el trabajo dos días antes de lo establecido, que se te ocurrieron ideas nuevas, que mañana le entregas nuevo material…
Todo lo que creas que puede sumar, compártelo. No se trata de crear una conversación forzada, sino de compartir todo aquello relevante sobre el proyecto que pueda ayudar a tus clientes a sentirse seguros y con la garantía de que vas a entregarles un resultado excelente.
Y sobre todo, pon todo de tu parte durante todo el proceso y, siempre que sea cierto, dile a tu cliente que te encantó trabajar con él y que estás a su disposición para cualquier proyecto o tarea que necesite tercerizar.
Como ves, tener una metodología de trabajo bien definida es fundamental para ser un buen freelancer y trabajar con organización y productividad.
¿Qué te parecieron estos 4 pasos para entregar excelentes resultados y minimizar disputas? ¿Añadirías algún otro? ¡Déjanos tus comentarios en nuestras redes sociales! Estaremos encantados de leerlos.
Para que te sea más accesible conocerlos y puedas tenerlos siempre presentes preparamos esta infografía, esperamos que te sirva y te invitamos a compartirla en tus redes sociales también.
Nos rencontramos pronto.
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