Contra todas las predicciones, Workana cumple hoy su primer añito. Cuando pasan estas cosas es casi inevitable ponerse a rememorar todo lo que pasó y muy difícil, sino imposible, no irse por el lado sentimental. Este blogpost pinta para largo, así que pónganse cómodos…
Hace tan solo unos años que descubrí las plataformas de outsourcing y, a medida que las fui empezando a usar como cliente, me volví adicto a ellas muy rapidamente. La posibilidad de encontrar talentos increíbles, de conseguir resultados en muy poco tiempo, sin todas las fricciones y problemas del empleo tradicional, me pareció algo mágico. Pero claro, como sucede en general con estas nuevas tendencias, nadie estaba apuntando a América Latina. Y fue durante un largo veraneo en Uruguay, donde estaba descansando luego de dejar mi anterior compañía, que me convencí de que la región necesitaba una solución particular. Faltaba una plataforma orientada específicamente a América Latina, que buscara resolver todos los problemas que tenemos como región (idioma, problemas de pagos, costumbres, etc)
A la vuelta de esas vacaciones y con las pilas recargadas empecé a contactar amigos y conocidos, que tenían más conocimientos que yo sobre el tema, para empezar a armar lo que hoy es Workana. En ese momento no era más que una idea, ni siquiera teníamos un powerpoint, mucho menos un business plan (es más, aún hoy no lo tenemos, pero no le cuenten a nuestros inversores :P). Lo primero que había que hacer era armar el equipo. Y acá es donde tuvimos el primer golpe de suerte. En muy poco tiempo se consolidó el equipo fundador. A Guille lo conocía hace años, era nuestro contacto de Adsense en Google. Estaba viviendo en Brasil, donde lideró el desembarco de Doubleclick Rich Media en Latam y tenía enormes proyecciones de crecimiento. Pero eso le importó poco, la idea le encantó, le dijo chau a Google y se vino para Buenos Aires. Ni siquiera teníamos acuerdo de accionistas en ese momento.
Analizando las otras plataformas, descubrí que el profesional número 1 en el ranking de vWorker era argentino y vivía en Miramar. Le escribí, hablamos un par de veces por Skype, hubo buena química así que se subió a un micro y se vino para Buenos Aires. Nos encontramos a almorzar en un bodegón de San Telmo (soy MUY hincha de los bodegones). Para que pudiera reconocerlo, me avisó que iba a venir con una remera que decia “Programming Motherfucker”. Eso les da una idea de cómo es Marian :). Misma historia, le encantó la idea y se mandó como un loco.
Para completar el poker de ases, está Fer. Trabajamos juntos 5 años en Fnbox. Los últimos años se había ido a liderar el desarrollo de Nearpod, un concepto revolucionario en educación. Nos juntamos un fin de semana largo en La Plata y antes de pedir la segunda cerveza ya había dicho que entraba.
Con estos cracks, arrancamos full-time a armar Workana en Abril. No teníamos oficina, así que nos juntábamos en un bar (nunca comí tantas medialunas como en esos meses). Además de nosotros 4, y siguiendo la cultura de Workana, teníamos un equipo de genios que trabajaba remoto desde Madrid, Pipa, Rosario, San Luis y varios lugares más. Para fin de mes, la cosa iba tomando forma, así que el 1 de mayo, día del trabajador, nos juntamos a hacer un asado y ultimar los detalles del lanzamiento (sidenote, increíbles los mojitos que prepara Fer con menta de su huerta).
Y, aunque parezca imposible, con menos de 2 meses de desarrollo el 30 de mayo pusimos online Workana. Acá pueden ver nuestra primera home. Cerramos ese junio con 36 proyectos abiertos, y hoy ya vamos más de 6000 🙂
Son muchas las cosas que aprendimos en este primer año:
– Antes de empezar estábamos convencidos de que el concepto de empleo remoto iba a ser cada vez más y más importante y de que América Latina estaba buscando una plataforma orientada específicamente a la región. Aún así, nos sorprendió la magnitud. Ni en nuestros momentos de mayor fantaseo imaginamos un crecimiento como el que tuvimos. Claramente ustedes nos demostraron que esto no es una promesa a futuro, sino una necesidad que ya existe hoy.
– El pool de talentos que hay en América Latina es algo impresionante. No tenemos nada que envidiarle al resto del mundo. La calidad de la mayoría de los proyectos que entregan los profesionales de Workana no para de maravillarnos, a la vez que nos enorgullece.
– El nivel de transparencia a la hora de contratar a alguien mejora muchísimo la experiencia, sobre todo en rubros de los que los clientes no conocen tanto. Al tener historial público de calificaciones, skills, precios por hora y demás, el cliente puede contratar con mucha más tranquilidad.
– La aparición de plataformas como Workana permitió que los profesionales recuperen algo que habían perdido hace rato: su independencia. Según el modelo tradicional de empleo uno tercerizaba el desarrollo de su carrera a una compañía (antes era la misma para toda la carrera, en estos últimos eso ha ido cambiando). Decisiones básicas como cuales son las habilidades que quiero profundizar, los proyectos en los que quiero trabajar, los horarios en los que me gusta trabajar, o inclusive el país en el que quiero vivir, no eran cuestiones sobre las uno tuviera algún poder. Hoy eso no es mas así, y nos encanta.
– La vida es muy corta para trabajar en algo que no te apasiona. Este último es más personal, pero desde que comenzamos Workana siento que estamos agregando nuestro granito de arena para solucionar un problema muy grave que tenían los clientes (la escasez de talento), a la vez que posibilitamos una mejor calidad de vida para muchos profesionales. Pocas cosas me dan más de satisfacción que algo así.
– La vida es muy corta para trabajar con gente que no te gusta. Hoy somos 25 las personas que trabajan todos los días para hacer de Workana lo que es y no puedo estar más contento con el equipo que tenemos. Realmente estan hiper comprometidos con el proyecto y eso se nota en cada cosa que hacen. Aprendo todos los dias de ellos y es un placer venir a trabajar.
Disculpen la extensión, pero quería contarles un poco como nos sentimos y lo que vivimos en estos 12 meses desde que lanzamos Workana. Sé que aún nos falta corregir muchísimas cosas, que cometimos miles de errores y que vamos a cometer muchos más, pero eso está bien siempre que tengamos en claro hacia dónde queremos ir. Sabemos que esto es un recorrido largo, mucho más parecido a una maratón que a los 100m llanos, así que estamos muy emocionados con lo que se viene. Mientras ustedes nos sigan apoyando como lo hicieron hasta ahora, hay Workana para rato 🙂
De parte de los 25 Workaneros, millones de gracias por todo!
Un saludo,
Tomás
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