¿Ya has oído hablar de “pensar como un diseñador”? Estamos hablando de la innovadora metodología del Design Thinking.
Design Thinking sería como mirar el presente, enfocándose en mejorar el futuro, ya que tu intención es promover el bienestar de las personas, creando soluciones orientadas a suplir las necesidades de manera innovadora.
Una forma de pensar y crear en la cual se consigue abordar, enfrentar y buscar solucionar problemas a través de varias perspectivas, de reflexión y de libertad para el pensamiento.
Ese proceso de creación, o innovación, generalmente se realiza en equipo y puede dividirse en varias etapas específicas.
Conoce las fases del Design Thinking
La creación viene de una innovación a través del trabajo colectivo, y este proceso resulta muy productivo. Sin embargo, las siguientes etapas pueden darte una idea de cómo aprovechar el momento:
- Empatía: identificar la oportunidad de innovación a través de conversaciones y reuniones, buscar entender dónde está el problema y dónde hay chances de crecer.
- Definir: observar, investigar y descubrir qué es lo que el cliente busca con el resultado. ¿Cuál es su verdadera necesidad?
- Idea: poner en práctica la oportunidad presentando la innovación; aprovechar al máximo el proceso creativo generando diversas posibilidades.
- Prototipar: creación de prototipos para presentar y testear las nuevas ideas. Siempre procurar saber si el cliente está satisfecho.
- Testear: desarrollar y presentar el resultado final, que podemos llamarlo mezcla de novedad y satisfacción. ¡Tu misión es multiplicar los resultados!
Por lo tanto, aplicar el Design Thinking es simple: basta crear una solución, un producto, un servicio, ofrecer atención, algo que resulte innovador y que se acerque a lo que la persona realmente necesita.
Ventajas del Design Thinking para las empresas
Empresas de todos los sectores pueden beneficiarse de las ventajas que ofrece el Design Thinking. Y como “innovar” es la palabra clave para el crecimiento empresarial, se necesita saber por dónde comenzar.
El primero paso del Design Thinking es abordar los problemas empresariales desde diversas perspectivas, con el objetivo de llevar a la empresa por nuevos caminos.
Esto hace que la compañía se vuelva más competitiva, ya que es posible rediseñar su estrategia y su negocio.
Steve Jobs ya era un design thinker cuando el término aún no era tan popular.
Beneficios del Design Thinking para profesionales
¡No necesitas ser un diseñador para pensar como diseñador!
Esta metodología es indicada para profesionales de diversas áreas e incluso para estudiantes, para toda persona que se interese por la innovación, el desafío y que trabaje en equipo.
Para aplicar los beneficios de ser un design thinker en el día a día, lo ideal es mapear las experiencias personales y culturales del ser humano, buscar identificar y comprender sus necesidades.
Si deseas expandir tus conocimientos y demostrar tu valor, recurre a la investigación y la creatividad para innovar y solucionar los problemas.
No basta con conocer el problema; se necesita navegar en él y transformarlo en solución.
Conviértete en un design thinker, muestra tu valor aportando novedad y satisfacción.
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Autora: Carla Larrossa. En Workana trabaja en el área de Atención al Cliente, es inquieta y ama lo que hace. En la vida es una niña grande y una madre apasionada.