Con el correr de las semanas me di cuenta que debe haber, seguramente, muchos freelancers que se deben estar haciendo las mismas preguntas que yo me hice en su momento. Habiendo tenido experiencia, me sentí en la obligación de compartir lo que aprendí. Por eso decidí iniciar una serie de artículos destinados a los que, como yo en su momento, quieren empezar su carrera como freelancers.
Hace unos años me planteé la posibilidad de trabajar exclusivamente de modo remoto, y como freelancer. Luego de programar para muchas empresas, y habiendo fundado otras tantas, ciertos cambios en mi vida me invitaron a tomar un riesgo: dejar la comodidad de las oficinas, el ritmo monótono de los cubículos (sí, monótono aún para un programador) para concentrarme en ser mi propio jefe.
Fue así como comenzó la aventura. Claudia y yo fundamos CRICAVA. Casi como por accidente, nos topamos con un sitio similar a Workana, que recientemente cerró sus puertas. Allí podíamos ver un listado interesante de proyectos que necesitaban de profesionales que fueran capaces de implementarlos. Comenzamos así a investigar la forma de trabajo propuesta por el portal, porque, como todo aquél que recién empieza a trabajar en modalidad freelancer, había ciertas preocupaciones que nos hacían dudar:
- ¿Cómo podíamos diferenciarnos de los miles de freelancers que ya poseía la plataforma?
- Algunos proyectos incluian un presupuesto propuesto por el cliente que a nuestro criterio era ridículamente inferior a lo que debía ser.
- ¿Que pasaría, si luego de comenzado el proyecto, el cliente decidiera no pagarnos? ¿A quién podríamos recurrir?
Aún con estas preocupaciones, decidimos comenzar. En lugar de ir proyecto tras proyecto enviando ciegamente nuestras propuestas, elegíamos aquellos en donde realmente podíamos agregar valor. Y en ellos poníamos todo nuestro esfuerzo. A los clientes les hacíamos muchas preguntas, les proponíamos alternativas, les sugeríamos agregados y modificaciones a sus especificaciones, y hasta en muchas ocasiones les creábamos versiones de prueba de los sistemas que buscaban. Había proyectos en los que podíamos intercambiar ¡hasta 40 mensajes antes de hacer una propuesta! Nos dimos cuenta que esa era la gran diferencia entre nuestra forma de encarar los proyectos, y los miles de freelancers. ¡Preocupación 1 resuelta!
Así, a los pocos días nos adjudicaron el primer proyecto. Luego el segundo, y el tercero. Comenzábamos a notar que nuestra efectividad entre una propuesta enviada y la adjudicación rondaba el 80%. ¡Notable! Y en la mayoría de los proyectos, competíamos contra otros freelancers que ya contaban con un amplio historial en la plataforma. El secreto estaba siempre detrás de la calidad de comunicación que teníamos con el cliente.
Pasaron los meses, y subíamos rápidamente en el ranking. Ya nuestro sueldo mensual superaba notoriamente cualquier ingreso que pudiéramos haber generado en empresas con empleo fijo. Sorprendente, considerando nuestra primera preocupación, ¿no? Lo que nos dimos cuenta era que muchos de esos presupuestos sugeridos por los clientes, y que considerábamos demasiado bajos, eran producto del desconocimiento, y no de una mala intención. Luego de una comunicación fluida, el cliente veía las mismas complejidades que nosotros respecto a la implementación, y actualizaba así su presupuesto. ¡No más preocupación número 2!
En algunas ocasiones nos encontramos con clientes que resultaron, por ponerlo de algún modo, difíciles. Luego de mucho trabajo, desaparecían y no obteníamos comunicación alguna. ¿Cómo hacer para realmente garantizar que nuestro trabajo, hecho según las especificaciones, fuera compensado debidamente? Esta preocupación, la número 3, y quizás una de las mas temerarias, es la que resuelve el sistema de pago en garantía. Sin esa protección, no hubiesemos jamás tomado la decisión de ser freelancers.
Esa decisión nos llevó al primer puesto de entre más de 130 mil freelancers de todas partes del mundo, y mantener ese puesto por más de 4 años.
Es esa confianza en el modo de trabajo freelance, y un conocimiento íntimo de las necesidades de los que trabajan de este modo, lo que me impulsó a unirme a Workana, y a ayudar a gestar la plataforma definitiva para el trabajo remoto.
Te invito entonces a que plantees cuáles son tus dudas, miedos, e incluso consejos que tienes como freelancer.
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