Bases para una buena comunicación

Para llegar a buen puerto, ¡qué importante resulta establecer una comunicación clara y fluida entre cliente y freelancer!

Te contamos en este post algunos consejos para que tengas en cuenta durante el proceso 😉

El que avisa no es traidor

Ya sea del lado del cliente para con el freelancer o viceversa, una premisa fundamental es fijar pautas y expectativas para evitar problemas de comunicación. ¿No te ha pasado que cuando todo parece encaminado y estás cerrando la negociación aparecen puntos que no habían sido considerados y que quizás no son como esperabas? O quizás ya estés en medio del proyecto y resulta que te encuentras con demandas o cuestionamientos que, a tu criterio, “no corresponden” (de uno u otro lado). Esto es muy común en cualquier relación cliente-profesional, por eso es importante que tanto uno como otro especifiquen en detalle las pautas de trabajo. El cliente, por su parte, deberá definir y dejar en claro cuáles son los objetivos a cumplir, cuáles son las premisas de desempeño, qué dedicación espera del profesional para con el proyecto, qué disponibilidad de horarios pretende tener del freelancer, con qué periodicidad espera recibir los reportes de progreso y cualquier otro punto que juegue un papel fundamental para la implementación exitosa del proyecto (…y para cubrir sus expectativas como “jefe” ;)). Para el freelancer también será importante estipular las bases del trabajo, para estar completamente seguro que podrá responder a los requerimientos, para saber si se ajustará a esas pautas (por convicción…y otras veces por necesidad), y para comprobar que ambas partes comparten la misma “idea” de trabajo. Por eso deberá precisar con el cliente por ejemplo si tendrá referentes diarios con los que contar para aclarar dudas o solicitar orientación, si también otros integrantes del equipo participarán del proyecto y cómo se coordinará la interacción con el grupo, cómo se dará el flujo de información y cualquier otro esclarecimiento que considere necesario para el desempeño óptimo de su función.

A buen entendedor…¿pocas palabras?

Si nos olvidamos del refrán por un momento, ser hombre (o mujer 🙂 ) de pocas palabras no siempre es beneficioso. Y de hecho, en la práctica, la buena comunicación es una de las bases para cualquier tipo de vínculo positivo. En nuestro caso, en las relaciones laborales más vale no escatimar con las palabras 🙂 En realidad lo importante es encontrar un punto de equilibrio en la cantidad de información que transmites: ni ser conciso al extremo de modo que pueda prestar a malos entendidos o ambigüedades, ni detallista y explicativo al máximo al punto de desconcertar y muchas veces desvirtuar el significado de lo que quieres decir. La clave está en ser claros en la información que se brinda. La claridad ha de venir de la mano con la precisión, y con este equilibrio: muchas veces el repetir una y otra vez la misma información termina prestando a confusión o provocando que se pierdan algunos conceptos. En una primera etapa es importantísimo entonces que tanto el cliente como el freelancer definan con exactitud y claridad cuáles serán las pautas de trabajo. Con esto ya estarán sentando un precedente positivo de comunicación, y lo ideal es que mantengan esta comunicación fluida y constante durante todas las etapas del proyecto. 

Las cuentas claras conservan la amistad

Quizás te haya ocurrido que al momento de cobrar (o pagar, dependiendo del caso) se presentaran diferencias por no haber sentado claramente las condiciones y valor del trabajo a realizar. Para minimizar este tipo de situaciones Workana ofrece un sistema de pago en garantía (escrow) super seguro tanto para el cliente como para el freelancer. Al momento de negociar el contrato ambos acordarán el valor por la realización de ese proyecto. Tanto cliente como freelancer querrán sacar lo mejor de la relación laboral, y sobre todo que prospere en el tiempo (por conveniencia, practicidad y beneficio de ambos). Para ello será esencial que se comprometan con su palabra (de monto ofrecido/ honorarios aspirados) hasta el momento de la efectivización del pago. ¿Por qué? Porque sería poco profesional que como freelancer exigieras un monto mayor al estipulado una vez finalizado el proyecto, cuando la suma acordada ya había sido otra, o que como cliente no quieras abonar la totalidad del monto fijado aún cuando tu proveedor de servicios haya cumplido su trabajo en tiempo y forma. Es fundamental entonces saber definir el valor del trabajo cuando es debido: al momento de la negociación . . . y luego atenerse a lo acordado, siempre que la otra parte haya cumplido con sus obligaciones. De todas formas, para los casos excepcionales donde no haya acuerdo, Workana podrá actuar como mediador en la Disputa” Pero siempre que sea posible evitarlo, para qué llegar a esta instancia, ¿verdad? Preferible cuentas claras y amistades largas 😀

 

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